miércoles, 11 de enero de 2012

Curiosidad

La gente me suele preguntar “¿cómo aguantas tener que estar viendo con esos ojos?”,”¿cómo se puede vivir así sin poder arrancarse la cabeza?” ¿Mi cabeza?. La cabeza no tiene nada que ver, gilipollas, la respuesta es CURIOSIDAD, y la curiosidad es lo que nos hace humanos, porque creo firmemente que los sentimientos son una característica no distintiva del hombre, ¿acaso la fidelidad no es un sentimiento?, es más, ¿no es la fidelidad un gran valor?. Pues fieles son los perros, mucho más fieles que todos los despojos humanos  de los que está plagado el planeta. Pues concluyendo que los perros son mejores que nosotros porque sus “sentimientos” están más arraigados, sólo podemos ser seres especialmente únicos si superamos a cualquier otro ser con una característica propia, un algo que nos diferencie de las rocas, los animalillos, los insectos, de la jodida naturaleza, y eso es nuestra innata curiosidad, curiosidad por todo. Desde el instante en que abrimos los ojos, la curiosidad rige nuestras vidas, y como un cáncer maligno, va creciendo dentro de nosotros, nos puede, nos supera y poco a poco nos va matando. Éso es, simplemente, lo que me ha pasado a mí.  Yo en vez de luchar, me he rendido a la curiosidad más pura y genuina.
La curiosidad malsana es el camino más corto hacia mi propio fin, algo que obviamente he buscado sin parar, porque parece que uno se da cuenta de que está muerto cuando ya no oye al de al lado que se lo dice, y yo que siempre he estado muerto, no he tenido a nadie al lado para asustarme, así que sin nadie que te asuste, pierdes el miedo y sin miedo, prácticamente caminas agonizando por la vida. Pero mi curiosidad era fuerte y me obligaba a no rendirme, la muy hija de puta me pinchaba, me laceraba la cabeza cada vez que me despistaba hasta que encontré el camino, la forma de ser más fuerte que ella.
Por aquel entonces mis ojos estaban viejos y cansados, ya había visto demasiadas cosas demasiadas veces, todo era sistemático: naces, creces, te ríes, sigues creciendo, lloras, maldices el día en que naciste y si tienes suerte, mueres, si no, sigues teniendo la curiosidad de saber qué pasará.
Pensé en suicidarme para ver cómo era mi muerte, pero, ¿y si no llegaba a verla por completo? Vaya pérdida completa de tiempo…De todas formas, lo intenté alguna vez y me desmayaba con facilidad, por lo que me perdía lo que ocurría en esos momentos a mi alrededor, y aunque luego me lo contaran, definitivamente no era lo mismo.
La solución era ver morir, pero hasta el momento, no había coincidido con nadie moribundo.
Decidido y muerto de curiosidad, busqué la coincidencia y ¡zas!, la coincidencia me citó en un callejón donde “casualmente” un vagabundo estaba matando a otro, y bueno, ya que estaba allí, pues lo mejor que podía hacer era animar un poco para que la muerte fuera un poco más rápida y yo pudiera ver enseguida qué pasa en ele instante en que dejas la vida y te encuentras con la muerte.
El vagabundo más joven estaba moliendo a palos al otro, ”ya le debe quedar poco”, pensé, pero tardó dos o tres minutos más en dejar de defenderse, “¡Dale, dale”, gritaba yo ansioso por ver el desenlace. Cuando el viejo cayó al suelo y dejó de moverse, le pegué un empujón al más joven para que se apartara, quería ver sus ojos, sus pupilas, la expresividad de su cara, algo que diera por satisfecha mi curiosidad, pero no encontré nada. ”Bueno, quizás es que no miré bien…”
Recé y recé por encontrar otra vez la muerte frente a mí, claro, siempre que fuera la muerte de otro. Vi un par de tipos más morir, pero nada, ninguno dejaba señal, y pronto me vi azuzando a la gente para que matara delante de mí, pero las personas son bastante reacias a dejar que un desconocido les observe en un acto tan íntimo, así que pronto me gané la fama de mirón hijo de puta, pero no me importa, ése es el destino de todos nosotros, la curiosidad es más fuerte que la moral.
Una vez un yonqui me dijo que si quería ver morir de verdad, tenía que ser yo el que matara, ¡pero bueno…!, ¿por quién me tomó?, YO NO SOY UN ASESINO, yo solo soy sus ojos,  los ojos del asesino.
Supongo que estoy demasiado condicionado y creo que la muerte viste de negro y porta una guadaña afilada y hasta que no vea esta imagen, no quedaré complacido. A lo mejor ya he visto a la muerte porque esta mañana ya me miré en el espejo, a lo mejor yo mismo soy la muerte porque mis ojos no ven y sólo imagino que veo.
De cualquier forma sigo siendo una persona curiosa, por lo tanto un deshumanizado ser humano.

Alicia Missterror


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3 comentarios:

  1. :0 Me has dejado con la boca abierta querida, y como siempre, pienso que éste nuevo relato sería brillante como pistoletazo de salida para una novela exquisita, un poco al estilo de American Psycho, aunque puede que más enfermiza, si cabe...y también más poética.

    Siento CURIOSIDAD de hasta donde podría llegar la CURIOSIDAD del protagonista de tan insanos pensamientos...y me pregunto si acabará como el gato.

    Chapó Missterror!

    PD. Corven, le felicito por el nuevo diseño.

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  2. Muchas gracias Darkotica!!!Si solo pudiera rozar con los dedos por un instante la calidad de American Psycho alguna vez en mi vida, ya estaría satisfecha...

    Tu CURIOSIDAD es siempre bien recibida, la del protagonista supongo que al final no le llevara a buen puerto,pero éso ya depende de lo que cada lector decida con él.

    Me sumo a las felicitaciones para mi socio Corven!!!

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