lunes, 21 de noviembre de 2011

Ira.Parte III-Cuando la Ira lo devoró todo

Esto no debió ser así, la muerte no puede soltarme la mano y echar a correr en libertad, no puede escaparse, la muerte no puede elegir a quien amar, yo decido, yo soy la portadora. Max encontraste una muerte equivocada. Nunca debió ser así, te merecías algo mejor, un hombre como tú nunca debió irse por la puerta de atrás, se que no es justo, ni para ti, ni para mí, pero es lo que el destino nos tenía reservado.
-Alice, ¿estás bien?,¿estás herida?
-Wallestein, no debiste disparar, ahora todo será más difícil
-Alice, pequeña, era o él o tú y él te hubiera matado sin pestañear. Yo ya he visto demasiada muerte para el resto de mi vida. La miseria no es buena compañera de viaje y yo solo conozco la peor de las miserias, la del alma.
-Max no me hubiera matado, no se puede matar algo que ya está muerto. De cualquier modo, gracias Andrew. Voy a subir a vestirme.
Se que cuando suba las escaleras, el viejo me mirará con gesto paternal, ni siquiera completamente desnuda soy capaz de volver a encender la llama de la lujuria en este hombre, está demasiado atormentado y la gente así es incapaz de sentir algo que no sea dolor y tristeza.
Ver mi reflejo en el espejo del baño de la habitación, cubierta con la sangre del vaquero es como dejar que el vacío atraviese mi cuerpo, dejar que me empale. Escupir en el espejo es el único acto de rebeldía que me puedo permitir ahora.
Sally sigues sin respuestas. Eres una página en blanco y acabo de perder el único lápiz del que disponía para escribir.¿Podrás perdonarme algún día?.Cuando te encuentre se que lo harás, se que me devolverás el pedacito de cielo que una vez me robaste.
El vestido negro se me ajusta como una segunda piel. Es curioso cómo la desnudez puede intimidar tanto y a la vez proporcionar tanta fuerza, pero al mundo venimos desnudos y así quiero abandonarlo también.
A veces doy pasos equivocados, pero es la única manera de aprender. Sin duda éste fue uno de ellos.
Mierda, tengo que irme ya o mi él se despertará y no le va a hacer ninguna gracia que yo no esté allí con él. Soy esclava de sus pasiones y alimento de su orgullo,es lo que elegí.
Subió por las escaleras una serpiente sin veneno, las baja una tarántula que busca mas presas.
-Wallestien, deshazte del cuerpo
-Por supuesto, se exactamente dónde dejarlo
Hasta siempre Max, hasta los gigantes caen. Por un momento te quise tanto que me olvidé de mi mundo. Siempre amo con todo mi ser un minuto antes de que la muerte se lleve al que me acompaña.
Me gusta susurrar al cadáver de Max.El enorme agujero que tiene en el estómago parece que quiere absorberme y dejarme alojada en ese vacío para rellenarlo.
Besarle la frente me parece un acto de compasión y a la vez de venganza.Yo no soy la ganadora de la batalla,si es que hubo alguna,pero aún puedo respirar,así que puedo permitirme el lujo de sentir algo.Tú ya no,Max.Me gustaría lamer todas tus heridas,pero no tengo tiempo.No te despediste,sabía que no lo harías,me gusta que sea así,aunque ahora tengo la misma sensación del que espera una respuesta que nunca llegará.De todas formas,yo no soy como tú, así que adios vaquero.Alice y Max.Alice y Alice.
Mientras observaba alejarse a la joven Alice,Wallestein,con ayuda de una manta para poder arrastrar por el suelo tanto peso,se llevó el cuerpo de max a la parte trasera del motel y allí lo tiró a un contenedor de basura
-Vuelves al lugar del que nunca debiste salir,hijo de puta.
Y allí,acomodado entre la mierda de los demás,Max dejó de pertenecer a Sunshine.

James salió del piso de la Sra. Pheebles cuando Mike cerró la puerta de enfrente.Era difícil sorprender a aquel hombre,pero esa escena era totalmente inesperada y James no lograba encontrar una conexión lógica.Se acercó a la puerta con la esperanza de poder escuchar algo de lo que dentro estaba aconteciendo,pero no oía nada.Estaba a punto de llamar de nuevo,cuando se vió advertido otra vez por la voz temblorosa de la anciana,que le dijo "no llame,hijo.Ahora no debería llamar,sería como traer el Infierno a la tierra.Entre de nuevo.En Sunshine no hay nadie seguro y en esta calle solo hay cabida para el sufrimiento".
James no era un cobarde,de ninguna manera lo era,pero a diferencia de su socio Max,todavía conservaba un poco de sentido común,y decidió entrar de nuevo en la confortable casa de la vieja,un buen disfraz en aquel inmundo edificio.
-Señor,ni usted ni yo queremos mas problemas de los que tenemos-le dijo Pheebles agarrando del brazo a James,para que éste la ayudara a caminar hasta su sillón favorito,aquel que conservaba desde cuando se casó,desde que era ocupado por el Sr. Pheebles ,el pobre Sr. Pheebles que murió con el hígado totalmente destrozado,con un hígado cirrótico, pero un corazón que solo latía si su mujer estaba cerca.El hecho de que fuera un jodido borracho era solo circunstancial,era sólo su seña de identidad como ciudadano de Sunshine.El Sr. Pheebles amó mucho a su esposa y ella retroalimentó ese amor con una devoción propia de una esclava.
-¿Qué es lo que está pasando aquí?-preguntó James.Empezaba a ponerse nervioso,empezaba a impacientarse,empezaba a cerrar el puño.
-¿Cómo quiere que yo le diga lo que pasa fuera de mi casa?Cuando esa puerta se cierra,no se lo que pasa,y le aseguro que tampoco quiero saberlo.Solo se que cuando viene el muchacho que ha venido hoy ,los gritos de Alice son mucho mas fuertes.Sólo el mismo Satanás sabe la clase de cosas que ocurren ahí dentro,pero ese hombre solo trae sangre y dolor-dijo la anciana mirando a la puerta
-¿Sabe usted quien es ese hombre?Ese hombre es el hijo del dueño de Sunshine.Ese hombre es el puto Rector del Infierno.No entiendo qué tiene que ver con sus vecinos y tampoco sé la relación que tiene todo esto con Sally.
-Tenga paciencia,si ese hombre está aquí,la joven Alice vendrá.El mal siempre llama al mal,todo es cuestión de esperar.
James se acercó a la ventana.Fuera una farola,una puta y un hombre con gabardina que parecía vigilar el edificio.
-No tengo tiempo para seguir esperando algo que si ni siquiera se qué es-dijo James dirigiéndose a la puerta.
Cuando se disponía a abrirla,oyó las pisadas de alguien que subía corriendo las escaleras.Miró de nuevo por la mirilla y sólo vio a una mujer abriendo la puerta de enfrente,sólo pudo ver una larga melena negra y un vestido negro,¿Sally?
James abrió la puerta y Alice,que todavía no había entrado en su jaula de cristales rotos,se giró para ver quien salía de la casa de la vieja,pues sabía que ésta no salía nunca hasta que el pasillo no estuviera vacío.
James no reconoció la cara de la mujer,pero sí pudo reconocer al demonio que habitaba en su interior.
Alice
James
Dicen que toda tu vida pasa ante tus ojos justo antes de morir.
Recuerdo la primera vez que me crucé con Max. Era mi primer trabajo para el sr. Thorton, hacía poco mas de una semana que había llegado a Sunshine desde ninguna parte. El tío, Throrton, era el pez gordo de la zona, aquel al que había que temer si no estabas de su parte, también si lo estabas. Mi presencia no pasó desapercibida para él después del numerito del bar con uno de sus matones, aquel gigantón greñudo fue la mejor carta de presentación posible para presentar mis credenciales, la nariz rota, un hombro dislocado y múltiples contusiones, tanto en el cuerpo como en el orgullo, fueron una minuta a pagar si tenemos en cuenta todo lo que conseguí a cambio, porque no nos engañemos, si no hubiese sido por Thorton, no habría visto muchos amaneceres en aquel rincón del infierno.
Recuerdo que el teléfono sonó a altas horas de la madrugada. Aquello fue como una puñalada en el corazón, odio el maldito teléfono. Pero si una cosa había aprendido en mis pocos días de estancia en el pueblo, es que hacer esperar al viejo no era una buena idea. Así que no me quedaron mas cojones que aceptar aquella llamada del infierno a cobro revertido. El muy hijo puta me dijo que tenía que ir inmediatamente a la comisaría, en el centro de la ciudad, a sacar de la trena a uno de sus chicos, un tal Max, quien, por lo visto la había liado gorda en una pelea horas antes que había terminado con varios heridos de gravedad y una prostituta muerta. Así que no me quedó otra. Conduje hasta la puta comisaría de policía. En la entrada un poli gordo de sucio uniforme me preguntó que quería. – vengo de parte del Sr. Thorton… no me dejó terminar. -¿vienes a buscar a ese hijo puta de Max? Bien, el pasillo del fondo primera puerta a la derecha, espera allí mientras aviso al Sheriff.
Recuerdo que me senté en aquella calurosa oficina, era verano y hacía un calor insoportable, así que la espera se me hizo eterna. No se cuanto tiempo pasé allí sentado, no lo recuerdo. Lo que si recuerdo es lo que me dijo el sheriff cuando entró por aquella puerta: “Así que eres la nueva niñera del vaquero… pues espero que tengas mas cojones que la última y mantengas a este hijo puta lejos de mi vista, por que ya está agotando mi paciencia. Lo tienes fuera, firma el puto formulario y llévatelo de aquí. Y una cosa más, dile a tu jefe que esto le va a costar el doble”. Desde ese momento supe que Thorton lo controlaba absolutamente todo en aquella ratonera, incluso a la policía.
Recuerdo que el tal Max estaba allí de pie plantado, esposado a la barra del mostrador. Ni siquiera me dirigió la mirada. Firmé el maldito impreso y el poli gordo le quitó las esposas. Subimos al coche. -¿Eres mi nueva putilla?- me preguntó medio sonriendo mientras se acomodaba su sombrero de Cowboy. -¿Tu putilla? Lo siento amigo, no eres mi tipo-le contesté con tono serio, aunque en realidad, aquel hijo puta ya me había caído en gracia, no se, acababa de conocerlo, pero sentí que para bien o para mal, era un tipo especial, un tipo diferente. -¿Qué pasó? Le pregunté. El cabrón volvió a sonreír una vez más. – nada especial, me pasé un poquito con una zorra y a su chulo no le hizo mucha gracia, invitó a sus amigos a la fiesta y una cosa llevó a la otra. - ¿Qué le hiciste a la puta? Insistí.-Pero no contestó. Jamás supe lo que ocurrió realmente aquella noche, Max no volvió a hablar de ello en todos los años que trabajamos juntos, en todas las borracheras que compartimos juntos.
Recuerdo.
James y Alice. Alice y James.
Sus miradas se cruzaron, fue como si el día y la noche fueran conscientes por un instante, de la existencia del otro. Dos detalles marcaron aquel casual encuentro. El primero, el sombrero que la mujer portaba en su mano, no había duda, era el sombrero de Max, aquel sombrero que una vez acomodó en su cabeza y del cual nunca se desprendía. El segundo, el colgante que asomaba por la camisa del hombre, una lágrima de cristal, una lágrima de Sally. Sin conocerse, sin haberse visto nunca, sin haber hablado nunca, sin haber existido nunca, los dos supieron al instante quienes eran y que habían venido a hacer, o por lo menos, eso creyeron. El primer pensamiento de James fue echarse la mano a la espalda y desenfundar su pistola para vengar la casi segura muerte de su socio a manos de aquella desconocida que, sin lugar a dudas, era su enemiga. Ella, por otro lado, desde el otro lado del espejo, desde su mundo, supo que aquel hombre había tenido algo que ver con la casi segura muerte de Sally y que sin lugar a dudas, era su enemigo. Se odiaron tanto y con tanta intensidad, que incluso llegaron a quererse. No hubo tiempo para más, la puerta del apartamento de Alice se abrió y aparecieron Mike y el gigantón, fue en ese momento de claridad cuando James le reconoció, se acordó de él, era el tipo de la pelea en el bar en su primera noche en Sunshine. Ellos no le reconocieron, sin duda, Hector no se acordaba de él y Mike, bueno, nunca se habían visto en persona, James lo conocía por las fotos del despacho de Thorton. Lo que sí tuvieron muy claro es que James, había llegado hasta allí conduciendo el coche de Sally, por lo que estaba implicado en su desaparición.
Max se habría liado a tiros con los tres, pero James tenía bastante mas sentido común y dedicándole una última mirada a Alice, a la cual no dijo nada pero lo dijo todo, dio media y vuelta y volvió a entrar en el piso de la manzana podrida, corriendo hacia la ventana y se lanzó por ella, cayendo sobre la vieja escalera de incendios por la que se deslizó hasta el callejón y luego corrió calle abajo sin mirar atrás como si le persiguiese el diablo, pero éste, no le perseguía, tan solo le observaba bajo la luz de una farola.
Mike y Hector saltaron detrás de él y le persiguieron calle abajo. Alice se dirigió a la señora Pheebles. –no se que tienes que ver en esto anciana, pero me lo vas a contar todo, por que si no, conozco a un niño que se va a quedar sin amigos.- luego se asomó a la ventana, las tres siluetas habían desaparecido en la noche. Sintió una presencia también y miró hacia la acera de enfrente, hacia la luz de la farola, pero ya no había nadie.
Mientras corría desesperado mas allá de la noche por las calles de Sunshine, James tan solo podía pensar en los ojos de aquella mujer al tiempo que se hacía una pregunta: ¿Qué le hiciste a aquella zorra,Max?

Alice agarró a la Sra. Pheebles del brazo y la empujó hacia el Infierno,la metió en su casa y cerró la puerta.La vieja sintió todo el mal con solo una mirada en el interior de aquel apartamento y cerró los ojos,la muerte soplaba y una leve brisa acariciaba su gris cabello.Abrió los ojos de nuevo,y vió a Alice mirándola fijamente, sonreía como la serpiente que era,ni siquiera tenía que amenazarla,bien sabía la anciana que Alice, o lo conseguía todo o lo destruía todo,así que fue la primera en pronunciar una palabra:
-Alice,querida,en realidad ni yo se lo que ha pasado.
-Venga,vieja,no intentes engañarme,a mí no
-Ese hombre se presentó y estuvo haciendo algunas preguntas,sólo eso
-¿y le metes en tu casa?La adorable sra. Pheebles,siempre tan entregada a los demás,tan pendiente de que en este santo bloque no ocurran cosas malas...No juegues conmigo vieja!!!,se que eres incluso peor que yo,lo supe desde el primer día en que te miré a los ojos-le dijo acercándose mucho a ella y colocándola el sombrero de Max
La sra. Pheebles temblaba,pero no hacía ningún gesto de defensa,dejaba que Alice le acariciara el pelo,que le ajustara el sombrero e incluso que le agarrara de la mano.Cuando no hay nada que perder,simplemente,te abandonas.
-No vais a parar hasta que eliminéis a todos,¿verdad,zorra?.Lo supe en cuanto os vi,os devoraréis el uno al otro-le gritó la anciana a Alice en la cara con la voz salida de lo mas profundo del odio.
La respuesta que recibió aquella mujer sabia y derrotada,fue un bofetón que la tiró al suelo y la hizo suspirar profundamente,pues sabía que el dolor había recordado cómo se volaba y acababa de extender sus alas.
Alice pisó el brazo de Pheebles en el suelo y con la cara transformada por el odio,el asco y la rabia,gritó:
-Dime ahora mismo,qué quería ese hombre y exactamente qué le has contado o juro por dios,que te parto todos los malditos huesos de tu decrépito cuerpo
y agachándose al oído de la anciana,la susurró "sabes que lo haré",y pasó su lengua por la mejilla arrugada de la grotesca muñeca vieja que ahora estaba en el suelo.
-Venía buscando a tu amiga, a la bailarina y...yo solo le dije que venía a veros con frecuencia y que no buscábamos líos-respondió la anciana
-¿y por qué la buscaba?
-No lo se,no lo se-susurraba entre lágrimas la sra. Pheebles.
Alice levantó el pie del brazo de la anciana y se dirigió lentamente a la ventana,miró a través de ella y vió cómo se acercaban de nuevo al edificio Héctor y Mike. Volvió lentamente también al lado de la anciana,que seguía en el suelo,se desabrochó las botas,se las quitó con calma,son la sensualidad del que quiere provocar y dejó sus pies desnudos,sintiendo el suelo,sintiéndolo todo y propinó una de las patadas mas brutales que había visto aquel inmundo bloque de pisos,en la cara de la pobre vieja,quien perdió el conocimiento instantáneamente,con la boca y la nariz chorreando sangre.
Alice sonrió y parecía una diosa,tenía el rostro tan iluminado,que parecía el único ser de este planeta que había recibido la gracia de Afrodita.Sin duda,ser la mayor perra de este mundo la sentaba realmente bien.
Alice fue al baño,Alice volvió del baño,Alice se agachó al suelo,Alice agarró la cuchilla,Alice sacó la lengua de la vieja y de un tajo,Alice se la cortó.
La puerta sonó,Alice abrió descalza,salpicada de sangre.Héctor la empujó y cuando vió a la vieja Pheebles en el suelo en un inmenso charco de sangre,miró fijamente a la serpiente,la única mujer que le había hecho olvidar que él era una bestia y la vió frágil,con una sonrisa inocente y la deseó tanto en ese momento,que le habría encantado tirarla al suelo,arrancarla el vestido,empaparla en la sangre de la vieja y poseerla hasta que a los dos les doliera el alma,pero entendió que no era el momento y que tenían un invitado que atender.
-¿No le habéis podido alcanzar?-preguntó ella
-No,corría rápido,¿quién es ese hijo de puta?¿le conoces?-le preguntó Mike a Alice
-Es uno de los matones de tu padre-respondió ella
-¿Y qué hacía aquí?-preguntó Héctor
-Venía buscando a Sally y esta puta vieja,vete tú a saber lo que le ha contado
Bastó con decir éso,para que Héctor levantara el cuerpo aún con vida de la inconsciente sra. Pheebles y le partiera el cuello como quien parte una manzana podrida.
Ni Mike ni Alice se inmutaron ante tal hecho,es más,Alice se humedeció los labios con la lengua,aquello pareció calmar su sed,al menos,de momento.
-Abajo está el coche de Sally-dijo Mike
-Me di cuenta al venir,deberíamos revisarlo-dijo Alice mientras se volvía a poner las botas.
Los tres demonios bajaron sin hablar.Alice era la mas pequeña,pero entre tanta brutalidad se hizo mas grande que un gigante,era invencible,era espejo y reflejo,cielo e infierno,día y noche,lo era todo y no era nada.
Forzaron el coche en busca de algún rastro de Sally,de alguna pista.El asiento trasero estaba empapado de sangre y en el maletero estaba el cuerpo de Tony.
-Sally está muerta,ya no hay duda,la mató otro de los jodidos hombres de tu padre-dijo Alice-y a juzgar por tu cara,creo que entiendo que a Tony le diste tú el final que siempre mereció.
-Mira puta, eso no es cosa tuya y si es cierto que a Sally se la han cargado,Sunshine va a vivir su propia destrucción.
-Max,el asesino de nuestra Sally,ya no será un problema,puedes apostar.El problema es que hay alguien que sabe mas de lo que debería.Si tu padre se entera de la muerte de su hijito,removerá cielo y tierra para encontrar al culpable.El tiempo corre en tu contra Mike-dijo Alice con un tono de voz bajo.
-Héctor,deshazte de este trozo de mierda ya! No quiero volver a ver el cuerpo de este bastardo.
Dicho esto, Héctor cargó con el pútrido cuerpo de Tony,lo llevó al maletero de su coche y arrancó sin mirar atrás.
-Alice vas a acompañarme,vamos a buscar a ese malnacido,a mi nadie me deja atrás-le dijo a la mujer mientras abría su coche.
-Mike,siento lo de Sally,por tí y sobre todo,por mí-le dijo Alice una vez dentro
-Créeme preciosa,yo también lo siento-exclamó Mike sin mirarla-y recuérdame que cuando todo esto termine,te busque,sólo me quedas tú para jugar.
Alice no respondió,solo miró por la ventanilla y sus ojos se volvieron vacios y cansados y los cerró y por un momento despareció de Sunshine y del mundo,y por un momento fue feliz.

James había dejado de correr,miraba hacia atrás constantemente con el revolver en la mano.Rememoraba una y otra vez lo que acababa de pasar,a la sra. Pheebles,al gigantón sin expresión,ú,l hijo de Thorton y la mirada de esa maldita mujer.¿Cómo terminaste con esta gente,Sally...? Se dirigió a "La eternidad",siempre terminaba allí...y la mirada de esa mujer...por un momento sintió que el odio era un sentimiento mas intenso que el amor,luego en voz alta dijo:"que te jodan".
Si, “La Eternidad”, ese fue el primer pensamiento de James, esclavo del sentido común, encadenado a la lógica más aplastante, ¿Qué mejor lugar para esconderse que en la vieja trastienda del local de Terry? Un refugio donde recapitular sobre tan peliaguda situación, rearmarse… ¿sentido común?. Eres diferente James, no eres como los demás, actúa en consecuencia, no me decepciones.
James despertó. Un oscuro callejón, detrás de un viejo contenedor lleno de basura. Extenuado por el estrés y el cansancio de la eterna persecución, el pistolero había caído rendido a los brazos de la derrota y tan solo una voz, la voz de Max, lo había traído de vuelta. –maldito hijo de perra, incluso ahora que parece que te has ido, en esta hora tan oscura, estás ahí para tenderme la mano, gracias socio- se dijo a si mismo mientras su rostro volvía a dibujar una sonrisa, otro legado directo de su amigo, reírse del peligro, disfrutar el peligro, desear el peligro. -¿Qué harías tú, viejo y arrogante perro de la guerra, en esta situación?¿te esconderías como una rata?¿enterrarías la cabeza bajo tierra cual avestruz? No, desgarrarías las entrañas de la lógica con tus propias manos, sacarías todo lo oscuro que tienes dentro, te pondrías la soberbia por sombrero y andarías a través de un campo de estrellas caídas para nadar contra corriente por los siete mares si fuese necesario, eso harías y eso haré, por que si esa maldita zorra y sus perros han acabado contigo, juro por la mismísima muerte, que yo acabaré con ellos, te lo prometo socio- y tras estas palabras, recogió la pistola del suelo, se la guardó detrás del pantalón y anduvo de nuevo calle arriba al encuentro de lo inesperado.
Mientras tanto, Mike y Alice seguían patrullando la ciudad en busca de su particular vendetta, en busca del desconocido con el coche de Sally, en su interior, aun podía olerse su aroma, su esencia. Y eso, parecía incomodar a la pareja, ambos muy ligados a su recuerdo, uno de esos momentos donde el silencio se tornaba en tremendo estruendo y por lo que Alice, tenía su vista fija en la calle a través de la ventanilla a media hasta por la cual, intentaba ventilar el habitáculo y desprenderse del olor a muerte que parecía se le había impregnado sobre la piel y la atormentaba. Mike, por su parte, hablaba, pero ella, no podía escucharlo, su mente estaba en otro lugar, su alma, nunca estuvo en ninguna parte, aun no.
-¿Qué ocurrió con el otro tipo? ¡Alice! ¿Qué ocurrió con el otro tipo?- insistió Mike con tono amenazador al verse ignorado por la mujer y apretándole el muslo con fuerza. Esta sin girarse, sin concederle el más mínimo movimiento, sin apenas sentir su mano, respondió de forma fría: -no debes preocuparte por él, ya te lo dije. No volverá a hacerle daño a nadie. ¿Estás segura de eso serpiente?
-Bien hecho, ésa es mi chica-Asintió satisfecho Mike, mientras no perdía detalle de la calle, solitaria a aquellas horas de la madrugada, más aun ahora, que había comenzado a llover con fuerza de nuevo y que la lluvia, caía sobre ellos como alfileres envenenados. Dudo siquiera que Alice se diera cuenta de tal acontecimiento, dudo incluso de que se hubiese percatado de la presencia de James de haberlo visto, porque ella ahora estaba sola en su mundo, ahora que tenía la certeza de que Sally se había marchado, también la tenía de que en adelante, siempre estaría sola. Nadie más podría entrar de nuevo en su mundo, nadie. Eso, a su manera, la entristecía.
-No te preocupes Alice, cuando esto termine, tú y yo vamos a pasar un buen rato juntos, por los viejos tiempos, si quieres, incluso puedo dejar que se sume ese animal tuyo. Te gustaría eso, ¿verdad que si zorrita mía?-aun no había terminado la frase y su mano ya se deslizaba entre las piernas de la serpiente, incluso acercó su cara hacia ella y la beso el cuello, lo lamió con fuerza y repetidamente mientras ella seguía impasible dejando escapar la mirada por la ventanilla… de repente un estruendo, un disparo, una bala atravesó el cristal delantero del coche, destrozándolo en mil pedazos e impactó en el cuerpo de Mike, perdiendo el control del auto, la sangre de éste salpicó la cara de Alice que ahora sí, regresó a Sunshine. Dos volantazos del mayor de los Thorton no fueron ninguna medicina para tal enfermedad y el brutal impactó contra el muro de otro de aquellos decrépitos edificios de la zona, fue inevitable.
Hasta la escena, dos botas acercaron a un hombre, James, salido de entre las sombras, se había aprovechado de la lujuria de uno, de la desidia del otro y les había sorprendido. Con la cabeza fría, con un plan perfectamente trazado que, como de costumbre, había dado sus frutos. Se acercó por el lado derecho, el del acompañante, allí estaba Alice, conmocionada, llena de sangre, con la cabeza apoyada sobre la guantera, destrozada por supuesto. James abrió la puerta y, tras asegurarse de que Mike estaba inconsciente, la sacó del interior, cogiéndola por su larga melena y arrastrándola a unos metros de allí. Luego regresó, cogió el cinturón de seguridad y se lo lió al cuello de un agonizante Mike, herido de muerte por su certero disparo y posiblemente, con la mitad de los huesos de su cuerpo rotos por el impacto. –mucho me temo que hoy un padre, se queda sin hijos- gritó el vaquero entre carcajadas mientras estrangulaba con fuerza y sin piedad alguna a su víctima. –Muere maldito cerdo, muere- fueron las últimas palabras que escuchó Mike Thorton, quien entre agónicos sonidos y palabras rotas, en su último aliento de vida, suplicó un nombre, Alice. Aquel que vino a comerse Sunshine y fue devorado por éste.
James dejó de jugar con aquel cadáver y guió sus pasos nuevamente hacia la serpiente, la cual, ya tenía nombre, Alice. -¿Así que tu eres Alice? La Alice de Sally… se agachó y volvió a agarrar a la mujer por el cabello, ésta, parecía que poco a poco, iba recobrando el conocimiento. –tengo un mensaje para ti, ojitos bonitos. Mira por donde que hoy, voy a cumplir dos promesas.

-Ni se te ocurra volver a pronunciar ese nombre,bastardo!Sally es el mundo,tú no eres mas que un segundo insignificante en su vida-dijo Alice con un hilo de voz lleno de rabia y dolor-¿también ayudaste para hacerla desaparecer?
-Mira puta,si alguien intentó salvar a Sally,ese fui yo.
Alice sonrió en el suelo con desprecio,cerró los ojos y brotaron tres lágrimas de sus ojos,que se mezclaron con la sangre de su cara y que ayudaron a purificar un poco toda la suciedad que se había ido acumulando en su alma con el paso de los años.
-No tienes ni puta idea de cómo era,de lo que era!-Alice le miraba desde el suelo,intentando limpiarse la cara como podía
James se agachó,la incorporó un poco y la dijo:
-Sally me pidió que te dijera que te quería,que había oído a la muerte suplicar tu nombre...por lo que fuera,tú fuiste la última persona en la que pensó.
-Ya puedes matarme-dijo Alice cerrando los ojos y agarrándose del colgante en forma de lágrima que James llevaba en su pecho.
Instintivamente,el vaquero la apartó la mano y ella volvió a caer en el suelo.El pelo la tapaba la cara,y de repente,James hubiera jurado que la persona que estaba indefensa y vencida en el asfalto,era su adorada Sally.James la cogió en brazos y se la llevó del callejón,lo que menos le convenía en ese momento era que apareciera el gigantón,o peor aún,el Sr. Thorton y tuviera que dar unas explicaciones,que ni le apetecía dar,ni él mismo entendía.
Su casa no quedaba lejos,así que,totalmente hermanado con la oscuridad,recorrió las calles de Sunshine con la serpiente en brazos.Si James era bueno en algo,era en dejarse arrastrar por el lado oscuro y fundirse con él.
Una vez en su apartamento,James dejó a Alice en la bañera,ella seguía inconsciente.James abrió el grifo del agua fria,helada,aquella perra no había conocido la calidez nunca,así que el frío la devolvería al lugar al que pertenecía,y es curioso,porque en el Infierno no había hielo.
El chorro de agua la limpió la cara y la empapó el cuerpo.Alice despertó sobresaltada y su primer gesto fue de defensa,algo que,en cierta forma,desconcertó al pistolero,pues sabía que aquella mujer había liquidado a su socio,su amigo,su hermano,y verla tan frágil,con la mirada perdida y con los brazos convertidos en un débil escudo,hizo que por un segundo pensara que a lo mejor,con cumplir una de las promesas era suficiente.
Alice miró rápido a su alrededor,se ubicó,ordenó su mente y entendió que seguía en Sunshine,seguía viva,pero el vacío...el vacío cada vez era mas grande.Solo necesito una cosa vaquero,arráncame el alma,llévate el dolor .
-Y ahora,¿cual es el siguiente paso?-le preguntó Alice a James-está claro que me tienes donde quieres.
James la sacó de la bañera y la dirigió hacia la habitación,lo estaba mojando todo,y totalmente calada y sumergida,ella ya era un fantasma.James la miró detenidamente, el pelo la caía por la cara,como un velo negro mojado,era una mujer sumida en su duelo,la serpiente agachaba la cabeza y se movía con delicadeza,el vestido se derretía en su cuerpo,cuerpo que James admiró con gesto serio.
Nada mas entrar en la habitación,James agarró del cuello a Alice,apretaba fuerte y ella arañaba unas manos enormes que la enseñaban la fragilidad de la vida,a ELLA,al ser más sacrílego de Sunshine,a ella,que fue cielo e Infierno,a ella,que conocía todas las habilidades de la muerte,a ella...
James la miraba...sonrió,apretó un poco más y la tiró al suelo.Ella tosía,se revolvía,el oxígeno que ahora respiraba le ardía por la garganta.
-¿Qué te unía a Sally?-la dijo mientras la volvía a levantar y la apartaba el pelo de la cara.
La serpiente,convertida en zorra,sonrió y le miró a los ojos,atravesó sus ojos,lo vio todo en esos ojos,vio su interior,le había descubierto.
-Sally???Sally era mi muñeca,era mi niña,¿Te gustaba Sally?,morías por ella ¿verdad?.Puto perro!!!-Alice seguía sonriendo,hiriendo con la mirada-¡Sally era como yo!-le susurró
James,en un acto reflejo de rabia,la empujó contra la cama y ese vestido tan pegado a su cuerpo...se abalanzó sobre ella y esa mirada tan sexual...
-No era como tú,Sally estaba viva,tú estás muerta-la dijo prácticamente escupiéndola en la cara.
-Me odias,¿verdad?¿Cuánto me odias, vaquero? Dime lo que me odias...le dijo ella,emborrachando cada palabra con astucia y lujuria.
-Sí,te odio,te odio mas de lo que puedes imaginar.
Acto seguido,Alice se acercó a la boca de James y sin tocarle,le besó,le besó como si fuera a capaz de sentir algo,como si no estuviera perdida en aquel abismo.James sintió sus cálidos labios,su lengua húmeda,las promesas son solo promesas...
Alice besaba a James,Alice cerraba sus ojos,Alice sentía el aliento de James en sus pulmones,Alice adoró a ese hombre por un instante.
James besaba a Alice como si nunca hubiera probado unos labios mas deliciosos,James cerraba los ojos,James sentía que la saliva de Alice había saciado su sed para toda la eternidad.
Alice se apartó,solo buscaba una mirada,James la miró,solo quería su mirada.Alice se mordió el labio,lo hizo con tanta fuerza que se lo desgarró y un hilo de sangre brotó de una boca que solo mentía.
-Lame mi sangre,hazlo James...-le suplicó
James dejó que su lengua recorriera los labios de la mujer y chupó su sangre,la saboreó
-Sally era mi única esperanza,éso era Sally para mí.Tú probaste su sangre y has probado la mía,ahora decide si quieres cerrar el círculo-la serpiente habló
-El círculo no se puede cerrar-el destino respondió
Se miraron a los ojos,se adoraron,se odiaron,se desearon,se mataron y se resucitaron.Alice se subió el vestido,James,metió las manos entre los muslos de la serpiente
-Amor mío,voy a hacerlo por las buenas,tiembla si lo hago por las malas.


No puedo arrancarte el alma, es demasiado oscura para mí.
Ni siquiera con su mano entre las piernas, James tenía claro si deseaba poseer a aquella mujer, o si deseaba matarla, abrazarla, o estrangularla, dicen que el odio es un sentimiento mucho más fuerte que el amor, también dicen que más amargo que la muerte, es el amor de una mujer. No cabe duda, y el vaquero, no dudaba que aquella era la tentación más grande a la que jamás se había enfrentado, la tentación más grande que el diablo había puesto en la tierra para el hombre. Ahora mismo, la propia Sally parecía una sombra desdibujada a su lado y su cuerpo, tan caliente, tan deseoso… de la misma forma, James tampoco tenía ninguna duda de que todo lo que salía por aquella fascinante boca, era veneno. Mentiras. Pero mientras se debatía entre lo racional y lo irracional, la cordura y el deseo, el día y la noche, su mano permanecía en el mismo sitio, en el mismo infierno, ardiente como ningún otro y él, seguía cavando profundo y profundo sin miedo alguno a quemarse, porque cuando has estado en el infierno y te ha gustado, es difícil escapar de él.
Alice tenía la mirada clavada en sus ojos, como intentando demostrar que ella, podía manejarse igual de bien con los ojos que con los cuchillos, pero el vaquero era hábil como pocos en aquellos menesteres y no cedía un instante, mirándola como solo él sabía hacerlo, triunfando allí donde muchos habían fracasado, con la certeza de que pasase lo que pasase, aquella mujer jamás olvidaría su mirada, porque por mucho que le pesara aquella noche a las estrellas, aquella mirada era y sería, como su dueño, única. Pero James, que a diferencia de Max, podía ver más allá de su propia vanidad, también pudo descifrar en los ojos de la serpiente, aquello que para otros sería por siempre un eterno galimatías por mucho que creyesen lo contrario, James se dio cuenta de dos cosas, que en aquel instante, en aquel efímero segundo en sus vidas, él la había poseído mas que ningún otro en un millón de años y, que aquella criatura, era demasiado especial como para arrebatarle nada, mucho menos la vida. Perdóname socio, permíteme que falte por esta vez a mi palabra, por lo menos de momento, por lo menos, en este mundo.
James recuperó la mano, húmeda, caliente, y si alejó de Alice, -hoy es tu día de suerte guapa, dale las gracias a esos ojitos tuyos- le dijo James haciéndose el duro cuando en realidad le temblaba el alma. –A Sally no le gustaría que te hiciera daño, a ella no pude ayudarla, ahora te ayudo a ti. Lárgate. Recoge tu veneno y regresa al sitio del que saliste, regresa a tu mundo. Aunque te diré una cosa, si vuelvo a cruzarme contigo o con esa bestia que te acompaña, no esperes compasión de nuevo, pues mi deuda, está saldada.
Alice seguía tumbada en la cama y lo miraba extrañada, insultada. ¿Quién se había creído que era aquel bastardo para rechazarme? A mi, que me arrojan pétalos de rosa a mi paso, aunque luego se marchiten. A mi. -¿Me estás diciendo que me perdonas la vida?¿tú me perdonas la vida a mi?- agitó el cascabel la serpiente colocándose en posición de ataque. Su rostro cambió, se tornó siniestro. James rápidamente se dio cuenta de que sus palabras habían sido mas dolorosas que cualquier golpe, que cualquier disparo. Fue consciente de lo delicado de la situación y por ello acarició la culata de su pistola, pues él no era de aquellos que le dan la espalda a su enemigo para que le apuñale a placer. –Quédate ahí quieta ojitos, muy quieta, no me obligues a hacerte daño. -¿daño? Tú no puedes hacerme daño, gusano insignificante, tú no sabes lo que es el dolor, pero si quieres, yo puedo enseñártelo. – Es una propuesta interesante, guapa, pero me parece que por ahora voy a pasar, tengo otros oscuros asuntos de los que encargarme y creo que por hoy, ya he perdido demasiado tiempo con tu adictiva presencia, estoy seguro que tú también tendrás cosas mejores que hacer que jugar con un viejo vaquero, quédate en tu mundo, que yo me quedaré en el mío, ¿Qué me dices cielo? ¿tenemos un trato?
Pero Alice no estaba para bromas, los sarcasmos de su negado amante no hacían mas que alimentar la llama de su deseo de muerte, ya no era por Sally, ahora era por ella misma. Porque su apetito sexual, sólo era superado por su ego y aquel perro, había jugado con él.
Alice tensionó los dedos de las manos dispuesta a abalanzarse sobre James por muy bien armado que este estuviese, ella no tenía miedo a la muerte, solo ha la soledad. Pero no tuvo tiempo, no tuvo oportunidad de arrancarse el casquillo de bala de la profunda herida, pues Hector apareció en escena, les había seguido hasta el apartamento y como martillo de Thor golpeando la tierra, arrolló a un James, que apenas tuvo tiempo de reaccionar, embarcándose ambos, abrazados, en una vertiginosa caída por el pozo de envidia y celos que había cavado el gigantón con sus propias manos, mientras instantes antes, observaba a la extraña pareja jugando a quererse y odiarse.
No olvides quien es tu dueño, puta.

Y de repente no había lugar para la esperanza...En Sunshine no hay nadie libre
Adiós vaquero,me llevo tu mirada,la llevaré conmigo,pero esto es mi IRA y no hay salida para nosotros en este mundo
Héctor propinó un puñetazo salvaje en la mandíbula de James,James estaba entre sorprendido,rabioso y nervioso.No esperaba la aparición del perro de la serpiente allí,no se esperaba que la realidad no diera ni un solo segundo de tregua,y sobre todo,no recordaba la extrema fuerza de aquel titán.La sangre salía por su nariz con la fuerza de un volcán en erupción,ardía tanto como la lava y ese escozor,presagiaba que el dolor era solo un aviso,que la pérdida había entrado en su casa y la pérdida significaba la derrota.
La serpiente miraba asombrada desde la cama.Odiaba que Héctor se tuviera que encargar de sus asuntos,odiaba no haber sido lo suficientemente hábil para doblegar al vaquero,se odiaba a sí misma.Que James la hubiera dicho que la perdonaba la vida,había provocado que su interior desencadenara toda su ira y ahí,en lo más profundo la ira se mezcló con la mas desoladora de las tristezas y se alojó dentro de ella,tan dentro que parecía que le arrancaba las tripas como un perro rabioso muerto de hambre.Nunca podré dejar de ser lo que realmente soy

Héctor y James seguían en el suelo ,agarrados como fuego y agua,los dos invencibles,devastadores,incontenibles.James era incapaz de zafarse de Héctor,quien repetía sus golpes una y otra vez.Alice,ya de pie,simplemente miraba la escena,la hubiera gustado poder fumarse un cigarro en ese momento y saborearlo lentamente mientras contemplaba la belleza de la violencia
En uno de los envites de la bestia,James consiguió engañar al destino, y golpeó con ímpetu en la sien de Héctor lo que hizo que éste perdiera el equilibrio,y nadie como James para aprovechar las segundas oportunidades de ese destino girado,así que pudo ponerse en pie y se abalanzó sobre Alice como una fiera salvaje.En ese momento,sabía que estaba en clara desventaja,estaba frente a los dos asesinos mas letales de Sunshine,así que tenía que jugar muy inteligentemente sus cartas.En el fondo,James no quería hacer daño a Alice y en el fondo,Alice solo deseaba que alguien la amara.
James vió que Héctor se recomponía y se desfiguraba,y el odio y la ira miraban a través de sus ojos,así que se echó la mano a la espalda,cogió fuerte su revolver y con extrema rapidez se lo puso a Alice en la sien, consciente de que tan solo le quedaba una bala. Interesante encrucijada para el vaquero, ¿dispararle al perro y jugársela después con la dueña, a todas luces, igual o mas mortífera que él mismo? Piensa James.
-Da un paso más,hijo de puta,y te juro que tendrás que quitarte los sesos de esta zorra de tu cara durante tres días- exigió mientras sujetaba a Alice con fuerza por la cintura con el brazo izquierdo, y le presionaba la sien con el cañón de la pistola con la mano derecha y era curioso, pues daba la sensación de que la serpiente, podría haberse liberado de haberlo deseado con la suficiente fuerza.
Hector se paró en seco e hizo un gesto de tregua, elevó sus manos fingiendo parecer tranquilizador y dijo:
-Suéltala o...
-¿o qué?¿crees que estás en diposición de exigir algo?-preguntó James anticipándose a las amenazas de Héctor.Todo se ralentizó,todo empezó a verse a cámara lenta,el aire tardaba minutos en renovarse en los pulmones,los ojos parpadeaban pesadamente,el silencio ocupaba toda la habitación,sólo se escuchaba la respiración de Alice,profunda,densa...aunque en realidad,no respiraba,el oxígeno en su interior,se lamentaba y ella se abandonaba.
-Ahora quiero que salgas de este apartamento y no digas ni una puta palabra,porque sabes muy bien que voy en serio-le dijo James a Héctor mientras quitaba el seguro de la pistola y se la arrimaba aún más a la sien de la pequeña Alice.
Alice miró a Héctor con la mirada mas temerosa y delicada con la que nunca le habia mirado,y Héctor,ese animal salvaje,supo que daría su vida por ella,porque ella era su vida,y ella hacía ya mucho tiempo que estaba acabada.Héctor adoraba a Alice,la veneraba como a una diosa y así se lo hacía saber cada noche.Nadie como ella sabía manejar la Ira de aquella bestia,y nadie como él para complacerla.
Héctor comenzó a caminar hacia la puerta,que había reventado unos cuantos minutos antes,al irrumpir dentro y sorprender a los dos maximos oponentes jugando a acercarse el uno al otro.James le seguía muy de cerca,arrastrando a Alice,sin quitar los ojos de Héctor porque,de nuevo,la desconfianza era su mayor aliada.
-Eso es bestia, te estás portando como un campeón, ahora se un niño bueno y quédate fuera mientras tu dueña y yo nos ponemos de acuerdo. Y Hector, si en algún momento la oyes gritar, no te pongas nervioso, que no será de dolor- dejó escapar James al tiempo de una macabra sonrisa mirando a Hector desafiante.
Héctor salió del apartamento,se quedó en el rellano.James cerró como pudo la maltrecha puerta y ,sin soltar a Alice,puso una silla apoyada en el picaporte para intentar blindar,de nuevo,el acceso al interior.Luego volvió a empujar a Alice,quien tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por no perder el equilibrio,y quedaron cara a cara.James la apuntaba con la pistola,ella le apuntaba con su mirada. Él la arrastró de nuevo, esta vez hacia la ventana, parecía como si el vaquero buscase algo en el exterior, no dejaba de mirar hacia el cielo. Fue entonces cuando preguntó: -¿Qué le ocurrió a Max?¿como murió?- Alice suspiró y respondió –no fui yo si es lo que quieres saber maldito hijo de puta, fue ese viejo de Wallestein, lo reventó a traición con su escopeta.
-Ese maldito cabrón, teníamos que haberlo liquidado hace mucho tiempo. Alice, yo nunca miento,te dije que no te iba a matar y no voy a hacerlo-le dijo James,aunque seguía con el seguro de su revolver quitado-solo quiero que salgas ahí fuera y que calmes a tu dueño,que os vayáis. Ya pensaréis mañana en cómo morir.
-¿Quién te dice a tí que alguien como yo puede calmar a alguien como Héctor?
-Me parece,preciosa,que precisamente eso es lo único que has podido hacer tú por él,y que llevas haciéndolo mucho tiempo-dijo James,dejando escapar una medio sonrisa- además,¿ qué hombre en su sano juicio sería capaz de contradecirte…?
-¿y quién te dice a tí que quiero que Héctor se calme cuando me estás apuntando con una pistola directamente? -dijo Alice ,con la mirada mas intensa y retorcida de su amplio abanico de miradas.
James miraba fijamente hacia el cielo, bajó la pistola. –Mira- le dijo a la chica, algo desconcertada. –mira, no tengas miedo, mira- así hizo ella, se acercó a la ventana y miró hacia el oscuro firmamento, de él, se desprendía una estrella, una estrella fugaz camino de Sunshine, parecía portar un mensaje. James comenzó a reír, primero tímidamente, después a carcajadas. –Malditas hijas de puta, toda la vida dándome la espalda y justo ahora me guiñan un ojo, justamente ahora, cuando mi vida no vale nada. Alice,vete ya,mi deuda con Sally está ya saldada, no te lo voy a repetir mas veces y créeme,ahora no me apetece jugar a tu juego, estoy muy cansado.
Alice no decía nada,no entendió nada, estaba inmóvil, pero aquel hombre tampoco había entendido nada,aquel hombre no entendía cómo era ella,aquel hombre no entendía cómo se vivía en Sunshine...Se pasó la mano por la nuca y la notó húmeda.La tensión que la producía la calma,era peor que el miedo y la confusión.
-James,no vas a salir de ésta, tú lo sabes y yo lo se,pero al menos,concédeme algo,dime que Sally murió en paz,dime que se fue tranquila,dime que notaste que ella sabía que ésa era la única forma de salir de Sunshine,dime que entrendió que era lo mejor que la podía pasar.
James recordó exactamente y con todo detalle,el estado en que encontró a Sally y tuvo claro que no se había ido en paz,que había sufrido lo indecible y que era la única persona en aquel maldito pueblo que no quería morir,pero mintió,el hombre que nunca miente mintió y sólo lo hizo por Alice,porque la serpiente se había convertido en mujer,y esa mujer le fascinaba.
-Tranquila Alice,Sally se fue en calma y te llevó con ella
Alice sonrió,agachó la cabeza,se tocó la cara y muy lentamente se dirigió hacia James.
Fuera,en el rellano,Héctor estaba atento a cualquier sonido que viniera del interior del apartamento,preparado para reventar la puerta de nuevo en el momento en que intuyera que algo iba mal,aunque él,bien lo sabe el cielo, confiaba en Alice ciegamente y sabía que sería ella la que abriría la puerta a la muerte y cerraría el último capítulo de James.
Alice subió muy despacio su mano derecha por el pecho de James,hasta llegar al colgante con forma de lágrima,lo acarició,lo sintió,sintió a Sally y se lo arrancó al vaquero al mismo tiempo que,con una habilidad propia de un demonio,agarró la pistola de James y se la puso en la frente.
James cerró los ojos,entendió que el destino es certero,no quiso volver a mirar a la serpiente, pues él, siempre tuvo la cordura por bandera y en esos momentos ya solo quería desaparecer,volver a no ser nadie,nada,nada,nada...estaba demasiado cansado,la noche pesa mucho.Acarició suavemente la mano con la que Alice empuñaba el arma y él mismo apretó el gatillo,ante el asombro de aquella zorra del infierno llamada Alice,siempre Alice...pobre Alice,otra vez perdía,otra vez la muerte la dejaba a medias
La mitad de su cabeza quedó esparcida por el suelo,y el cuerpo cayó desplomado,haciendo un ruido tan feroz,que pareció que la tierra se había abierto.Héctor entró en cuestión de segundos,miró a Alice salpicada de sangre,la adoraba así,le fascinaba verla tan guapa.
-Vámonos puta,estoy cansado
Alice tiró la pistola al suelo,miró una vez más el cuerpo de James y sin saber por que, una vez más por la ventana, la estrella fugaz ya había desaparecido y pensó que ni una eternidad puede contener la IRA de una mujer. Luego se puso el colgante que momentos antes le había arrancado al pistolero.
Adios vaquero,te llevo conmigo.Siempre.También tú eres parte de mi,y cuando me despedacen allí estarás.Cuida de Sally.
Si alguna vez fue cierto que el alma humana se dividía en tres partes:mente,sabiduría e Ira,en Sunshine,la gente no tenía alma,eran como músicos sin instrumentos que no pueden transmitir ninguna emoción,Sunshine esa noche no brilló,Sunshine esa noche lloró.
La pareja abandonó el edificio del vaquero,se montaron en el coche y se dirigieron a su propio mundo,a su infierno,al único sitio donde se sentían cómodos.Cuando llegaron al 74 de Jersey Street,sintieron que el aire viciado les devolvía a su realidad,todo estaba en su sitio.La bestia encerró a la serpiente en una habitación,la serpiente sintió que cada vez la gustaba menos tener dueño y fuera la muerte había decidido que ésa noche era perfecta para entrar en el edificio.
Eram quod es, eris quod sum



ALICIA MISSTERROR Y NANDO EL RECTOR



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6 comentarios:

  1. Sin duda la Ira ha sido tan voraz que casi deja huérfana a Sunshine, la ciudad del pecado...

    Alicia y Victor, dejadme que os felicite de nuevo, sois muuuy grandes joder!menudo final de capítulo, ha sido brutal (aunque no me esperaba lo de James, que fuerte...). Si seguís así tendréis que editar un libro de Una Eternidad, es más...quiero, necesito! un libro físico en donde estén escritos todas las miserias de Sunshine, y ya puestos que hagan una serie de tv o una película jaja!. Un abrazo genios!

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  2. Darkotica-Sunshine aún guarad muuuchos secretos...

    suena bien lo del libro,pero por lo pronto nos conformaremos con lo que tenemos.Una serie o una peli???qué miedo!!!vete tú saber quien lo protagoniza!!!

    otro abrazo para tí y gracias por tus palabras

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  3. Buenísimo final, incluso James me ha dado penita joder. A por Gula I...

    Chicos ha sido una lectura que me ha entusiasmado mucho su historia. Esos cambios de odiar y luego, no diría amar, pero empatizar con ciertos personajes es espléndido. Bravo!!!

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  4. Blanch- Me alegra tantístimo que te gustara el final de IRA, se que le cogiste cariño a las mujeres de Sunshine (anda que no sabes tú ni nada...), me encanta que también pudieras entender a James al final.

    Ya nos hablarás de GULA ;)

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  5. Pues sí, y ahora que han pasado ya algun día me da más pena....bueno cada cual lo que se merece o lo que Sunshine le dé.

    He empezado con Gula y chicos es sorprendente, que ascoooooooooooooooooooooo el Otto ese Dioooooooooooooooooos!!!

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  6. Blanch- me encanta esa frase " cada cual lo que se merece o lo que Sunshine le de" auuuuuuuuuuuuuuu

    Sabía que GULA te gustaría...y Otto será lo que tú quieras que sea...Ésto solo ha empezado!!!!

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